miércoles, 27 de marzo de 2024

¿DÓNDE ESTÁN LOS ABUELOS DE LAS GABIAS?

La alcaldesa inaugura la escultura




El 28 de octubre de 2022, el periódico digital AhoraGranada venía con estos titulares: Las Gabias rinde homenaje a los mayores de la ciudad con una escultura. El Ayuntamiento gabirro ha destacado la contribución que las personas de la tercera edad hacen a la sociedad. Debajo venía la foto de la alcaldesa con el concejal de Mayores, sonriendo ambos, al lado de la escultura de una abuela. A continuación el periódico desarrollaba la noticia:

https://www.ahoragranada.com/noticias/las-gabias-rinde-homenaje-a-los-mayores-de-la-ciudad-con-una-escultura/


En un sencillo y emotivo acto, al pie del conocido Torreón Árabe de Las Gabias, el Ayuntamiento ha querido rendir un homenaje para visibilizar, sensibilizar y dar valor al papel que las personas de la tercera edad aportan a la sociedad. Para recordar este día, se ha presentado una escultura en la Plaza del Fuerte, centro neurálgico del municipio. Con un discurso cargado de cariño, el concejal de Mayores, Mariano Delgado, ha querido expresar su agradecimiento a este colectivo y ha asegurado que “hoy estamos aquí porque no basta con hacer. Necesitamos contar que las personas mayores son importantes. Sois el fiel testimonio del paso del tiempo, de vuestras vivencias y de la identidad que nos define”. El concejal también ha hecho especial hincapié en que esta conmemoración no es un reconocimiento exclusivo del equipo de gobierno al destacar que “si hay algo que tenemos muy claro es que queremos que esta imagen que os presentamos sea de todos y que también la sintáis como vuestra. Que sea un referente que represente a todos, porque es el momento de todos y queremos que se mantenga viva con el paso del tiempo”.

Cuando la foto de la escultura fue publicada en Facebook (muchos ignorábamos que había salido en AhoraGranada y en otros medios), no salíamos de nuestro asombro y hubo toda clase de comentarios: Dicen que es un homenaje a las personas de la tercera edad, pero aquí solamente aparece la estatua de la abuela. ¿Dónde está el abuelo? Entonces dieron toda clase de excusas: que la abuela representa a los abuelos, que más adelante se pondrá el abuelo… Lo cierto es que las elecciones municipales estaban a la vuelta de la esquina, se celebraron el 28 de mayo de 2023, y había que asegurarse el voto femenino, aunque no tuvieron reparos en pedir también el voto a los hombres.

Después de pronunciar ese discurso cargado de cariño donde ha querido expresar su agradecimiento a este colectivo, me gustaría preguntarle al entonces concejal de Mayores, Mariano Delgado: ¿Tan importantes somos para vosotros las personas mayores, que solamente habéis colocado la escultura de una abuela? Esta escultura que presentasteis la alcaldesa y tú, ¿de verdad creéis que es de todos y que podemos sentirla como nuestra? Y ¿cómo puedes afirmar que esta imagen es un referente que nos representa a todos? Mayor cinismo no se puede pedir y, lo que es peor, nos tomáis por idiotas a la mitad de los vecinos de Gabia: a los abuelos, a los hombres, a los jóvenes y a los niños. Creo que no sois conscientes del daño moral que nos hacéis –que podemos ser vuestros padres–, y del mal ejemplo que les dais a los jóvenes y a los niños. Me pregunto ¿cómo se puede gobernar excluyendo y despreciando a la mitad de la población de esta forma tan burda? Muchos de los que os votamos en las últimas elecciones municipales no salimos de nuestro asombro porque es evidente que no existimos para vosotros. Cuando os pregunten vuestros abuelos, padres, hermanos o hijos y os miren a la cara, ¿qué les vais a decir? ¿Que gobernáis para todos los vecinos y que todos somos iguales?


Los abuelos de Haro



Nunca iré a pediros nada, es más, no queremos nada para nosotros, los mayores, porque a esta edad nos conformamos con sobrevivir cada año. El artículo 14 de la Constitución española establece lo siguiente: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. ¿Es que los abuelos no somos iguales para la alcaldesa? Quisieron hacernos creer que fue un homenaje a la tercera edad, pero en realidad fue una tomadura de pelo donde suprimen a los abuelos de la memoria colectiva porque lo único que les interesaba era asegurarse el voto femenino para las elecciones municipales. Y de esta manera lleva la escultura de la abuela casi año y medio en la plaza del Fuerte. Es evidente que la escultura no nos representa a todos porque a los abuelos nos han borrado del mapa, por lo que deberían pensar en darle a cada uno lo suyo y en poner a cada uno en el sitio que le corresponde.

El 14 de octubre de 2023, a través del wasap, le envié a la alcaldesa Meri Sádaba la fotografía de los abuelos con la nieta en un parque de Haro (La Rioja) e intercambiamos estos mensajes:

Leandro: Unas estatuas dedicadas a los abuelos sería celebrada en Gabia

Meri: Hola!! Hemos puesto una a los mayores

Leandro: Una abuela no representa a los mayores

Meri: La intención es ir completando con el abuelo y los nietos

Leandro: Nadie puede entender que la alcaldesa excluya de esa forma tan cruel a los abuelos de Gabia. Pero no podrás borrarnos de la memoria de nuestros hijos y nietos.  

https://www.elcorreodeburgos.com/burgos/91212/79247/grupo-escultorico-bronce-rinde-homenaje-mayores-lain-calvo.html


Los abuelos de Burgos


Hace un mes, un amigo me envió esta noticia sobre el homenaje que rindieron a los mayores en Burgos, de la que copio algunas frases: “… el Ayuntamiento ha colocado  una pareja de ancianos en bronce para expresar el reconocimiento y respeto a los mayores, «a tantos y tantos abuelos que han trabajado mucho y en peores condiciones que ahora para conseguir que tengamos esta prosperidad» (…). «Los que han estado toda la vida en el campo», precisó el alcalde (…). Gil Cuevas (el escultor) ha querido plasmar los «recuerdos maravilloso que todos tenemos de los abuelos» con la intención de que «quede en el recuerdo de todos los burgaleses». Esto dijo el alcalde: «Que haya rincones que permitan la evocación de personas o personajes queridos por nosotros, como son en este caso los abuelos», detalló. Considera que esta nueva escultura es «un símbolo simpático y amable del cariño que merece nuestra tercera edad por el trabajo mucho y duro que ha hecho». Esto es lo que, en justicia, tenía que haber hecho la alcaldesa en Las Gabias.

IDEAL EN CLASE. https://en-clase.ideal.es/2024/03/25/leandro-garcia-casanova-donde-estan-los-abuelos-de-las-gabias/?fbclid=IwAR1dk670F1ZxkbSOpo3exaZoEebLXe5QJ64VreE-eChiiiMSOLhe2cFuO2o_aem_AR9tQYFNiphJPbtBN3Sj7wVQOJGHdmAS0_5vDzRrbQ3SjkYihqnKVo5wYLsGPyQLNC6U3tDD0umlqofMNmO6FKPH


lunes, 25 de marzo de 2024

EN RECUERDO DE ANTONIO OLMOS

          







Dedicado a sus hijos, Antonio y Trini  



La última vez que llamé por el móvil a Antonio Olmos Gámez, compañero en el Seminario de Guadix, en los años sesenta, fue una mañana de principios de junio de 2023 y unos quince días después falleció. Le pregunté cómo estaba y me dijo que le habían encontrado en el hospital de Granada unas manchas negras en los pulmones, y por la forma de decírmelo lo noté preocupado. Intenté animarlo pero me colgó, días después me enteré que se encontró en la calle a otro compañero al que saludó, a José María Laguna. Recuerdo un día que lo acompañé por el centro de Guadix, era el mercadillo del sábado, el caso es que iba saludando a conocidos y después se me quedó la imagen grabada: parecía un obispo dándole la mano a la feligresía, de lo conocido que era. Otro día, Antonio tuvo un atranque en el wasap de los Seminaristas Amigos y lo llamé por el móvil: Has hecho bien, pues tú defiendes tus ideas políticas. Cada uno tenemos una ideología y vemos la política de forma diferente. Antonio estuvo trabajando en las minas de Alquife donde fue delegado sindical de la UGT, de manera que era coherente con su ideología. Él no buscaba el enfrentamiento sino que era conciliador, en el grupo de wasap encontró a los antiguos compañeros de la infancia, como a una familia, de manera que con varios de ellos hizo amistad. Pasó buenos ratos cuando nos reuníamos a comer en la casa de alguno o cuando nos juntábamos varias decenas de ex seminaristas en algún restaurante, aunque las penas se las guardaba para él. Para muchos de nosotros era como volver a nuestra infancia, recordábamos las penas y las alegrías del Seminario aunque los años y las circunstancias de cada uno nos habían cambiado bastante.


Fregando en la cueva, marzo de 2018







Antonio era de trato afable y, a poco que lo conocieras, le cogías afecto. Su mujer murió hace treinta años, desde entonces vivía solo y había estado dando tumbos, por eso disfrutaba cuando se reunía con los amigos. Cuando falleció Antonio, me enteré que las manchas que tenía en los pulmones eran porque la metástasis se le había extendido por varios órganos del cuerpo. El funeral fue en Lanteira, donde asistimos bastantes compañeros, lo cierto es que la iglesia se llenó porque Antonio era querido en su pueblo y bastante conocido en la comarca del Marquesado. Al salir de la iglesia le di el pésame a sus hijos Antonio y Trini (estaban muy afectados, pues no se esperaban que falleciera). Durante el camino al cementerio, saludé a varios conocidos de la comarca que habían venido a darle el último adiós a Antonio. Recuerdo que, después del entierro, llegando al pueblo se oía el ladrido de un perro. Es el perro de Antonio, que está encerrado en su casa, me dijeron. El alma se me vino a los pies. Unos días después le escribí por Facebook a su hijo Antonio: Esta foto la tengo en la cueva y pensaba dársela a tu padre. No te dije nada porque solamente tenía esta. Cuando vengas a Guadix, me llamas y te la entrego. Y esta fue la respuesta: Gracias, te llamo... gracias. Más adelante le envié la foto escaneada.


En un bar de Guadix. Diciembre de 1921



En Facebook, yo había visto la fotografía del perfil de Antonio Olmos pero fue después de su muerte cuando le di importancia: era la foto que yo le había hecho delante de la puerta de mi cueva, el 24 de mayo de 2020. Estos retratos me han llevado a escribir este artículo en su memoria. Copio estos comentarios de su Facebook, pues sigue abierto:

Leandro. Por poco no te conocía.

          Antonio. Gracias por la amistad y la foto es lo de menos, tu foto es muy bonita, gracias.

Hasta siempre, Antonio, con tu humildad y tu trato amable llegaste a nuestros corazones y te ganaste a tus hijos. Por eso no te olvidamos.


Posdata: Agradezco los datos que me ha proporcionado Pepe Gómez, paisano de Antonio y compañero del Seminario. 

viernes, 22 de marzo de 2024

VIAJE AL SUR DE FRANCIA

 

Tumba de Antonio Machado y de su madre



        El siete de marzo, 31 personas habíamos quedado con el guía para hacer una visita a Perpiñán y Colliure, en el sur de Francia. A las 7:00 horas estábamos todos en un aparcamiento al aire libre, pero faltaba un matrimonio y el autobús no había llegado. Yo había oído que teníamos que esperar al matrimonio y le solté a bocajarro, a Rubén, el guía catalán: ¿Vamos a estar esperando media hora a estos? Con templanza me respondió que no, que esta visita a Francia la realizaba otro día el matrimonio. Poco después emprendimos el viaje desde Calella (Barcelona) hasta la frontera de la Junquera, duró una hora y cuarenta y cinco minutos. El viaje se hizo algo pesado y por fin llegamos a Perpiñán, en la comarca del Rosellón. Visitamos el centro histórico, la catedral  y el Castillet, un castillo medieval de color rosado. Perpiñán es la capital de la Cataluña del norte, pero cuando Francia se anexionó este departamento, mediante un tratado con España, prohibió hablar y publicar en catalán, según el guía Rubén. Perpiñán está en el Departamento de los Pirineos Orientales, en la Región de Occitania, y los catalanes no son un problema para el gobierno centralista francés. Sin embargo, ya vemos las continuas reivindicaciones que el nacionalismo catalán plantea a los diferentes gobiernos democráticos de España. Los cines de Perpiñán fueron famosos durante la dictadura de Franco, porque miles de españoles venían a ver las películas prohibidas por la censura, la más famosa en los años setenta fue El último tango de París, protagonizada por Marlon Brando y María Schneider.

Al fondo, la playa de Argelès-Sur-Mer



El autobús continuó hasta la ciudad de Colliure, donde está enterrado el poeta Antonio Machado, y esta es la razón por la que me apunté al viaje. Antes de llegar, el guía nos habló de la Guerra Civil: A Francia llegaron medio millón de españoles, en los últimos días, pues la guerra finalizó el 1 de abril de 1939. Vinieron a pie hasta aquí y los gendarmes los concentraron en la playa de Argelès-Sur-Mer. Mi abuelo paterno fue uno de esos refugiados, aunque sobrevivió. Aquí se le quebró la voz y se quedó sin poder hablar durante unos minutos, porque se emocionó, y poco después habló de otros temas. El autocar siguió avanzando por la carretera y en un momento dado apareció en el horizonte la larga línea de la playa de Argelès-Sur-Mer. Aquella imagen me impresionó de tal manera que las lágrimas brotaron de mis ojos y comencé a sollozar, como si estuviera viendo la foto de un lugar conocido y un familiar cercano hubiera fallecido allí. Esa imagen panorámica nunca la había visto antes, pero me impactó como si alguien me llamara la atención sobre el espantoso sufrimiento por el que pasaron miles de españoles, en aquel trágico campo de concentración. Puede que esto se debiera a que tengo grabadas en la memoria las fotografías de los refugiados, hacinados en la playa y entre las alambradas, o en las improvisadas letrinas. Sin embargo, es muy extraño que te emociones con lo que nunca has visto antes, pero sabes lo que ocurrió.

Foto de Robert Capa, columna de refugiados españoles 
Los españoles, en el campo de concentración

Los franceses montaron un campamento improvisado, sin barracones, y lo vallaron con alambre de espinos en la arena. Allí metieron también a las mujeres, a los niños y a los ancianos. Durante el siguiente invierno hicieron temperaturas de diez grados bajo cero, por lo que centenares de ellos murieron de frío, hambre y enfermedades, como la disentería, el sarampión y el tifus. Seis meses después, en septiembre de 1939, comenzó la II Guerra Mundial y muchos refugiados españoles se alistaron en el ejército francés y en el maquis. Los que fueron capturados por los nazis los llevaron a los campos de concentración, de manera que en Mauthausen (Austria) había 7.300 prisioneros españoles. En Argelès hay un Museo del Memorial del Campo, con los expedientes y los datos de los refugiados, también está la Ruta de la Memoria, que señala los límites del campo de concentración y dentro hay un monolito en memoria de los republicanos españoles. En el Cementerio de los Españoles hay una estela con los nombres de los fallecidos, mientras que un árbol recuerda a los 70 niños que murieron en la playa.




El autocar nos dejó cerca del cementerio de Colliure, donde visitamos la tumba del poeta Antonio Machado y también está enterrada su madre Ana. Aunque me hice una foto, lo cierto es que no me impresionó como cuando la veía en fotografías, posiblemente porque estábamos allí unas cincuenta personas. La Academia de las Buenas Letras de Granada había depositado recientemente una corona de flores encima de la lápida, la que se ve arriba en la imagen. Allí me acordé del famoso verso que encontraron en el bolsillo del poeta cuando ya había fallecido, y que recito de memoria: Estos días azules y este sol de la infancia. Precisamente, el siete de marzo hizo un sol esplendido de primavera. El poeta llegó el 28 de enero de 1939 a Colliure y encontró albergue en el Hotel Bougnol-Quintana. Falleció el 22 de febrero y su madre Ana murió tres días después. Sobre las catorce horas, cuando ya estábamos comiendo en Figueras, le expliqué a unos amigos el extraño suceso de la playa y de nuevo volví a emocionarme.

Manuel Valls fue primer ministro de Francia, años después estuvo de concejal en el Ayuntamiento de Barcelona pero en las últimas elecciones municipales ya no se presentó, pues salió bastante desengañado. Nació en Barcelona y su padre fue un republicano que huyó a Francia, donde vivieron. Cuando Manuel Valls abandonó la política en el país vecino, acusó al Gobierno francés de entonces de no dar los alimentos necesarios a los refugiados y de dejarlos abandonados a su suerte. Ese día seguramente reivindicó la memoria de su padre y se sintió reconciliado con él.

El guía Rubén, delante de Casa Quintana

En Perpiñán, un matrimonio le pidió varias veces al guía Rubén visitar un recinto amurallado, incluso lo pusieron en un aprieto, pero él les respondió que iban con el tiempo justo. Hablé con él en privado y le dije para animarlo: tú eres el guía y has diseñado el programa… Mientras le decía esto, me echó la mano al hombro en señal de amistad. Por eso, al llegar a Calella le dije al despedirme: Eres un tío noble. Y él me respondió: ¡Adiós, majo! Finalmente, quiero destacar dos cosas: los catalanes y los emigrantes son amables y corteses con los de fuera (cuando les preguntas, o ellos mismos te dan conversación), pero lo chocante es que cualquier comercio está rotulado en catalán, inglés u otro idioma menos en español. Es más, a veces multan a los comercios por rotular en español pero no en otro idioma. Sin embargo, donde hay visitas de turistas españoles (van a miles a Cataluña), donde hay pelas, sí incluyen la información en español.


Estela, con los nombres de los fallecidos

Monolito: A la memoria de los 100.000 republicanos españoles

IDEAL EN CLASE. https://en-clase.ideal.es/2024/03/20/leandro-garcia-casanova-viaje-al-sur-de-francia/?fbclid=IwAR1-76FcyLyxhykf2lS0RQD4DnsJrPRccd_axz8eWSDnkOJ4EOJ_l_sa4kE


martes, 19 de marzo de 2024

EN LA PUERTA DE LA IGLESIA

 

Foto de Cirilo Vico






4 Septiembre de 1958. En la puerta de la iglesia destacan, de izquierda a derecha: José Serrano, el municipal, Emilio Navarro, el alcalde, don Atanasio, el párroco (está en una residencia en Málaga, me dice Pepe Pinteño), Alfredo Martínez y Pepe Gallardo. Detrás, en los escalones, se encuentra un grupo de mujeres con un estandarte de Acción Católica. A la izquierda están las mujeres mayores: la tía María “la Bolilla”, la tía María “la Salá”, la tía Pepa y otras.

Del libro Leandro: Castilleja de los Ríos en blanco y negro. 2020


sábado, 2 de marzo de 2024

EL ABREVADERO


Foto de Leandro



Este era el abrevadero, en 1969, que estaba por debajo de la Plaza Nueva, donde las caballerías venían a beber agua. Me acuerdo de una gitanilla mojando el pan en el abrevadero. En la parte de atrás había dos caños y aquí era donde mi madre me mandaba con dos calderos para que llenara la bañera de la casa. Me pasaba toda la mañana acarreando agua. Destaca la simpática imagen de las niñas y hasta el burro ha salido mirando al fotógrafo. Estos caños no eran un estorbo para nadie, en Galera se conservan los caños de principios del siglo XX. Un día, Javier López y yo intentamos montarnos en un burro, a la altura de la casa de Alfredo, el antiguo alcalde. Nos agarrábamos de las aguaderas hasta que el borrico le dio un pisotón en el pie a Javier y vio las estrellas.

 Del libro Leandro: Castilleja de los Ríos en blanco y negro. 2020



miércoles, 28 de febrero de 2024

EL DÍA DE ANDALUCÍA, DE 2011

 

Griñán y Susana Díaz, en el Parlamento andaluz


El 28 de febrero de 2011, Día de Andalucía, sobre las 11:30 horas, se congregaron tres clases de manifestantes a las puerta de Parlamento andaluz: funcionarios del Sindicato Andaluz de Funcionarios, de la Junta de Andalucía, contra la ley de Reordenación del Sector Público; los músicos de la Orquesta Joven de Andalucía (OJA), para mostrar su rechazo al desmantelamiento de la formación, y la plataforma 'Salvemos el Guadaíra', por el cumplimiento del programa de recuperación del río Guadaíra'. Sin embargo, la Policía sólo nos permitió concentrarnos en el seto que hay en medio de la calle San Juan de la Ribera, a 300 metros del Parlamento, como si la calle fuera del subdelegado del Gobierno, que está a las órdenes del PSOE andaluz. El 16 de febrero, cuando aprobaron la ley de Reordenación, en medio de las protestas de los funcionarios, el Tribunal Superior de Justicia anuló la orden del subdelegado que les impedía manifestarse en la acera. Sin embargo, ayer, pusieron vallas metálicas alrededor del seto y los policías nos tuvieron encerrados a funcionarios y músicos, como si fuéramos cabras en el aprisco y tampoco podíamos acercarnos a la acera del Parlamento. Estos abusos nos devuelven a los tiempos de la Dictadura. Cuando estábamos ante el Parlamento, un agente de paisano le confesó a un funcionario: Tenemos a cinco o seis policías de paisano entre los manifestantes.

A las 12:30 horas, se celebró el acto de nombramiento de Hijos Predilectos y la entrega de las Medallas de Andalucía, en el Teatro de la Maestranza, en el paseo de Cristóbal Colón. Una docena de funcionarios nos colocamos en la acera de enfrente del Teatro, a doscientos metros y, cuando los invitados salían del acto, comenzamos a dar pitidos y gritos. ¡Rebañaorzas, hincharos de comer…! A los cinco minutos, llegó un furgón cargado de policías y vinieron a por nosotros. Varios compañeros me dijeron que me retirara de la valla metálica, pero no les hice caso, porque no estaba haciendo nada malo. Los policías nos pidieron el carné a cinco o seis funcionarios. Éste fue el diálogo que sostuve con un policía:

¿De qué me acusáis? No te acusamos de nada, podéis seguir pitando pero quiero que me entregues el DNI. ¿Por qué me pides el DNI, si no me acusas de nada? Es para identificarte, por si acaso realizas algún acto de violencia. ¿Qué actos de violencia vamos a realizar?, nosotros somos funcionarios que hemos venido de Granada, para protestar. Cuando vayáis a la Administración os vamos a tratar igual. A ver si te tenemos que denunciar, me contestó un policía con cara de pocos amigos. Ya sé que me vas a multar con 301 euros. Nosotros pitamos porque aquellos de enfrente nos van a quitar nuestros puestos de trabajo, les dije con rabia. El policía hablaba con corrección y, para tranquilizarme a mí y a los demás, me dijo que no me iban a multar, que sólo quería identificarme. Los compañeros me pidieron que me callara, que los policías estaban cumpliendo órdenes.

No sé si el policía lo decía por calmarme los ánimos o porque les daba vergüenza, pero no me fiaba de sus palabras, sabiendo que, al presidente de SAFJA y a veinte funcionarios más les pidieron el carné para multarlos, cuando el presidente de la Junta, José Antonio Grinán, visitó el Tribunal Superior de Justicia, en Granada. El policía estuvo haciendo comprobaciones con la Comisaría, oía mi nombre a través de la radio y, al cabo de unos minutos, me devolvió el carné y volvió a insistir en que no me iban a multar. Tenían órdenes de que cesara la pitada de funcionarios y poco después nos disolvimos, mientras los ilustres invitados, vestidos con sus mejores galas, recorrían el paseo de Cristóbal Colón, en dirección al Palacio de San Telmo, donde les esperaba una suculenta comilona. La crema del socialismo andaluz no podía permitir que unos funcionarios desarrapados les gritaran desde la otra acera, algunos nos miraban riéndose, como diciendo, ahora vais a ver lo que es bueno. Sevilla estaba prácticamente tomada por la Policía, para que no faltara de en la última fiesta pantagruélica del socialismo andaluz, en medio del escándalo de los expedientes de regulación de empleo de Mercasevilla.

En vez de detener a los delincuentes, mandaban a la Policía para retener e identificar a unos cuantos funcionarios sospechosos, en plena la calle, no fuera a que cometieran actos violentos, así como impedir que se manifiesten ante las vallas del Parlamento andaluz, a pesar de que la concentración estaba autorizada por el subdelegado del Gobierno. Señores, hemos regresado a la época de los zares, al tiempo del emperador Romanov. Esperemos que, en las urnas de mayo, el pueblo tome el Palacio de Invierno y acaben treinta años de socialismo andaluz, porque ya va siendo hora de que pasen una buena  temporada en la oposición. Seguidamente nos dirigimos al centro de Sevilla, por la ruta de Monipodio, nos metimos en un restaurante y ¡las casualidades de la vida!: a nuestro lado se sentó poco después Mario Jiménez, el niñato que lo mismo insulta a los funcionarios en la prensa que a los diputados de la oposición en el Parlamento. Ya no es necesario tener carrera o un mínimo de educación para ser político, es más, muchos no han dado un palo al agua ni siquiera han cotizado a la Seguridad Social. La política la han convertido en un oficio con muchas saldas y recomendaciones. Comimos, pasamos por el lado de aquel tipo y, por educación, no le dijimos nada.

Video Griñán sale a escape

https://youtu.be/nIlp3NHHdD4?feature=shared


lunes, 26 de febrero de 2024

MI TÍO BONIFACIO

 


Dedicado a su hijo Paco

Mi tío, Bonifacio García-Fresneda Domínguez, falleció el pasado doce de enero, a los noventa y cinco años de edad. Tres días antes lo visité, en su piso de Granada, pues su hijo Paco me había llamado por teléfono dado que mi tío estaba bastante delgado y cada vez más débil. Se alegró mucho de verme y me hablaba moviendo los brazos pero ya no se le entendía. Una hora después se durmió. Años antes mi tío venía a verme un par de veces al año, a la Biblioteca de Andalucía, y me contaba las historias de la familia que él llevaba dentro desde su infancia y juventud. Eran recuerdos imborrables, que yo iba anotando después, pues me hicieron conocer y comprender más a mi padre y a mi familia. En el año 2009, Bonifacio me contó:

 –Tu hermana estuvo viviendo dos meses en la cueva de los abuelos y una nodriza le dio el pecho… Durante la guerra, cuando desertó tu padre, estuvo escondido en el monte que hay encima de la cueva. Y cuando se pasaban los milicianos por el cortijo de San José (en el Cortijo del Cura, aldea de Galera), le hacían bajar los sacos de trigo al tío Leandro (mi bisabuelo), cargados en las espaldas, y luego tenía que cargarlos en un carro. Otras veces, le ponían una pistola en el pecho y decían a la familia: ‘O sacáis una cabra, o lo matamos aquí mismo’. Cuando tu padre se fue a la guerra, el abuelo Juan lo acompañó hasta el puerto de Almería, donde se embarcó hasta Valencia. Pero, poco tiempo después desertó con otros tres paisanos, el caso es que tardaron 15 días en llegar de Castellón a la cueva de tus abuelos, iban por los campos y preguntaban a los aldeanos si había algún control. Una noche tu padre llamó a la puerta de la cueva y el abuelo preguntó: ‘¿quién es?’, pues unos y otros teníamos miedo. Te puedes imaginar la alegría de tus abuelos, con tu padre iban un soldado de Castilléjar y dos de El Cerro del Cubo. Habían desertado del Ejército Republicano y venían con las botas rotas y con los pies llenos de llagas, iban peor que unos mendigos. Durante unos días estuvieron escondidos en el cortijo, comiendo de lo mejor. 

A mi padre lo llevaron a Viator (Almería) con 19 años, en 1938, donde haría instrucción durante unos meses y después lo enviaron al frente de Castellón, en Villarreal. Desertaron antes de las batallas del Ebro y de Teruel, cuando el Gobierno de Negrín ya se había trasladado a Valencia. Si no hubieran desertado, posiblemente habrían fallecido en alguna de esas batallas. En otra visita mi tío continuó con el relato, pues él necesitaba contarme estas historias, que a mí me encantaban:

Por debajo de la cueva de tus abuelos, en la ladera, había unas marraneras y cavamos más hondo para hacerle un refugio a tu padre Leandro. Una galería comunicaba la cueva con las marraneras, para que tu padre pudiera escaparse en caso de que vinieran a capturarlo. También se escondía entre el panizo durante el día y entonces mi padre lo regaba con frecuencia. Pero como Leandro estaba harto de tener que ocultarse, a veces se subía a lo alto del monte y allí se pasaba el día. Varias veces vino una patrulla preguntando, pero tu abuela Blasa les decía: ‘No sabemos nada de él, desde hace mucho tiempo’, incluso una vez se echó a llorar delante de la patrulla. Tu padre no estaba a gusto y se puso enfermo aquí. Los bisabuelos lo querían mucho pues de niño se pasó muchas horas con ellos en el cortijo, ya que fue el primer nieto. Y después de la guerra, tu padre estuvo haciendo la mili en Larache, Tetuán y Alcazarquivir, durante tres años.

Placeta de la cueva de mis abuelos (1)



En la ladera de la cueva puede verse el hoyo, donde se encontraba el refugio. Mi tío Bonifacio me cuenta que, después de la guerra, él se dedicó al estraperlo de tabaco, lo compraba en la Tercena de Huéscar (los dueños tenían mucha amistad con los señores del cortijo de San José, los Crisnejas, y aquí venían a pasar el verano) y, con la moto, vendía el tabaco por los pueblos y aldeas cercanos…

El bisabuelo Leandro era un hombre bondadoso, recuerdo que las Hermandades de Ánimas de Galera y de Castilléjar se juntaban en el cortijo, en la Navidad, allí cenaban y pasaban horas tocando y cantando. Otras veces, cuando el bisabuelo estaba en las tierras, él venía al cortijo y las hermandades iban tocando detrás. Un día le dijeron los ‘rojos’ al bisabuelo que se presentara en Galera. Fue con la burra sudando, del miedo que pasó. Tuvo que entregarles gallinas y algunos animales. Otras veces iba a Galera y, cuando lo veían los ‘rojos’, se colocaban detrás de él para meterle miedo. O bien le pegaban y maltrataban cuando iban al cortijo. Hubo noches que durmió en el campo porque temía que vinieran a pegarle. De Fuente Amarga venía su hermana Eugenia al cortijo de San José y se llevaba un carro lleno de trigo, que les daba el bisabuelo. Cuando murió, en diciembre de 1937, mi primo Justo y yo traspusimos al cortijo del Arique, para comunicarle al tío Justo la muerte de su padre; pasamos mucho miedo por el camino pues entonces éramos unos chavales. Primero le dio un infarto al tío Leandro, le repitió al día siguiente y se murió el tercer día. Llevaron el cadáver en un carro, tirado por una mula, hasta Galera. Recuerdo que yo tenía nueve años, era domingo, y lo acompañaron la familia y los vecinos del Cortijo del Cura y de Fuente Amarga. Pero en Galera, los milicianos les dijeron que desde las Eras Bajas no podían llevarlo a hombros… Tuvieron que entregarles el cadáver y luego lo enterraron en una fosa común del cementerio. Y aquí fueron echando encima los cadáveres de los galerinos que mataron después.

Mi tío me contaba que, cuando se moría alguien en el Cortijo del Cura, la familia tenía que llevar el cadáver montado en una burra: lo colocaban atravesado y encima de las aguaderas. Pero el bisabuelo Leandro cogía el carro con la mula y llevaba el muerto al cementerio de Galera. La gente lo veneraba por las buenas acciones que hacía. En otra ocasión me habló del tío Francisco, el Picón, un antiguo carabinero que después de la guerra lo colocaron de cartero y llevaba las cartas desde Galera a Castilléjar, montado en un burro. 

Los bisabuelos y los cuatro hijos. Juan era el mayor


Cuando pasaba por el Cortijo San José y tenían carta, los llamaba y se la dejaba en la cuesta. Por cada carta tenían que pagarle una perragorda, y dos si la pagaban días después. Un día, se ve que el burro se asustó por la curva que hay debajo de la acequia del cortijo, donde están los sabucos, y una mujer se lo encontró inconsciente tirado en el suelo. La mujer le sacó la lengua y lo salvó. Cuando se iba a jubilar el ex carabinero, don Marcial, el secretario del Ayuntamiento de Galera,  le avisó al abuelo Juan para que pidiera la plaza para tu padre. El abuelo era alcalde pedáneo del Cortijo del Cura y tenía muy buena relación con el secretario, pues se pasaba a comer algunos domingos por la cueva; entonces yo iba con el burro a Galera, lo traía y lo llevaba. En fin, que le dieron la plaza de cartero a tu padre y bajaba en burro a Castilléjar. Repartía las cartas creo que en una cueva de la calle del Salitre. A Castilléjar llegaban muchos camiones entonces (años cuarenta y primeros de los cincuenta), pues había bastante tráfico con el estraperlo del aceite y de las frutas, y el dinero se movía posiblemente porque no tenía cuartel de la Guardia Civil. Había muchas posadas, la de la tía María ‘Palante’, madre de Emilio Canela, la de la tía Petra… En Galera las tierras eran de los Fernández, de Huéscar, mientras que los administradores de las tierras en Castilléjar eran el ‘Mule’ y Antonio Vico.

Mi padre, de soldado en Tetuán


Bonifacio disfruta hablando conmigo de la familia y me dice al final que ha sido como un desahogo para él. Hemos pasado un buen rato hablando y se ha ido contento, anoté entonces. Hace unos diez años, me entregó dos folios de color marrón, doblados por los lados y algo deshechos en los márgenes: Estas cartas son de tu padre, las escribió a los bisabuelos cuando estaba haciendo la mili en Tetuán, en 1942. Te las doy, porque sé que a ti te gustan estas cosas y a mí ya no me sirven de nada. Le di las gracias por el detalle y poco después nos despedimos. Una mañana de marzo de 2018 fui a visitarlo al piso y echamos un rato, hablando de todo un poco, y al final le hice una foto en el balcón. Estaba achacoso y ya no salía a la calle por el frío. Cuando días más tarde tuve la foto en mis manos, me di cuenta que se parecía mucho a su padre Juan, tiene toda la cara de él, pensé. Últimamente, cuando hablábamos por teléfono un buen rato, quizás porque ya apenas salía a la calle, él se despedía dándome varias veces las gracias y diciendo: y dale recuerdos a todos aquellos que pregunten por mí. Decía lo mismo que escribió mi padre al final de sus cartas a los bisabuelos, Leandro y Mercedes, cuando hizo la mili en Tetuán, en 1942: Recuerdos para las personas que pregunten por mí. Publiqué el fallecimiento de mi tío Bonifacio en Facebook y tuvo 302 comentarios y 53 me gusta, por lo que quiero dar las gracias a los amigos, conocidos y desconocidos por vuestras condolencias. Estoy seguro que mi tío nunca hubiera imaginado que tanta gente se interesara por él: de Castilléjar, de Galera, de el Cortijo del Cura, de Orce, de Huéscar y de otros sitios.


Posdata. La foto de los bisabuelos con los cuatro hijos y la sirvienta me la proporcionó Encarna García, hija del tío Justo (En la foto figura de pie, a la derecha) y prima de Bonifacio. Ella falleció cuatro días después que su primo, el 16 de enero pasado, con 98 años.

(1) Al fondo se ve el cortijo de San José y, a la izquierda, el Cortijo del Cura y la Sierra de Castril.

IDEAL EN CLASE: https://en-clase.ideal.es/2024/02/25/leandro-garcia-casanova-mi-tio-bonifacio/?fbclid=IwAR2CFODXvvYFrKOI3TVM0ru8oCKhI7pJi0ccmaMHtHB7k1BcYNiAtTPmsZo