lunes, 15 de diciembre de 2014

BIBLIOTECAS O COHETES


Bibliotecas de Andalucía y la Pública 



Por el grosor del polvo, en los libros de una biblioteca pública, puede medirse la cultura de un pueblo. John Steinbeck

 


Hoy es el Día Mundial de las Bibliotecas y la cosa no está precisamente como para tirar cohetes. En 1988 sólo había trece o catorce bibliotecas en toda la provincia de Granada, de manera que el panorama cultural no podía ser más desolador. En cambio, en el 2002, se alcanzaban 85 casas de la cultura para 168 pueblos. Es evidente que todavía queda mucho camino por recorrer, pues son muchas las que se cierran durante el verano, o cuando se acaba el contrato temporal del encargado del local o bibliotecario. En Granada, la Biblioteca Pública Provincial, con 50.000 lectores, es una de las más importantes de Andalucía y desarrolla actividades culturales, como conferencias, presentación de libros... También hay que destacar la Biblioteca de Andalucía, que trata sobre temas regionales y de investigación.

 Las bibliotecas municipales están bien dotadas, especialmente la de la Chana, que es la principal. Luego están las bibliotecas del Salón –su directora siempre está haciendo alguna actividad cultural–, del Zaidín, del Albaicín y de Almanjáyar. Se puede decir que los diferentes ayuntamientos de Granada se han preocupado por estos centros de la cultura. En cuanto a los pueblos del Área Metropolitana, prácticamente todos tienen bibliotecas. Albolote y Churriana funcionan bien, aunque el alcalde churrianero concede demasiadas licencias de naves industriales en la Vega. ¡Cómo ha cambiado el paisaje de la carretera de Granada a Las Gabias desde su apertura! Señalar también que la Biblioteca de los Ogíjares –con unos 10.000 habitantes– ha sido cerrada provisionalmente por la nueva corporación. Y Cenes de la Vega aún no tenía biblioteca antes de las elecciones municipales. En el lado opuesto se encuentra Motril, que cuenta con cuatro casas de la cultura y con servicios de Internet. A todo esto, hay que recordar que las bibliotecas son municipales y por tanto dependen de la corporación local.

En la Alpujarra sólo se ven bibliotecas en los pueblos más importantes, como Órgiva, Lanjarón, Ugíjar, Cádiar, Pitres... Pero, en las demás localidades, no saben lo que es una sala de lecturas ni tienen donde leer. Dentro de la comarca de Guadix, en Alquife todo es antiguo: el edificio, los muebles y los libros. En Cogollos, la casa de la cultura está en un piso pequeño y cuenta con pocos libros. Tampoco tiene un bibliotecario, sino que se turnan varias personas. En La Peza quieren abrirla y tanto Benalúa como Dólar disponen de buenas bibliotecas. En cuanto a la comarca de Baza, hay que reseñar que la anterior corporación de Benamaurel –los hijos de Maurel– necesitaba una dependencia y no se le ocurrió nada mejor que dar el cerrojazo a la casa del libro. En Cúllar también la cerraron. ¿Para qué necesitamos aquí una biblioteca, si de toda la vida se han apañado con el casino?, dirían los mandamases. En Cortes tapiaron algunas ventanas, quizá para darle más lustre al local. Y en Zújar también disponen de un edificio tan antiguo como los libros. 

Biblioteca Gonzalo Pulido de Huéscar


 Sobre Huéscar decir que le hacen contratos temporales al bibliotecario de manera que, cuando termina el contrato, se cierra la casa de la cultura. Y en Castilléjar ocurre tres cuartos de lo mismo: permanece cerrada durante el verano y contratan a la bibliotecaria en octubre. Y en Castril, pues un cuartillo de lo mismo. En Galera están montando la biblioteca y en Orce quieren abrirla. Sin embargo, a la hora de tirar cohetes, ¡ay, amigo mío!: Cúllar se fundió 33.000 euros por las Fiestas de San Agustín, y Castilléjar quemó 42.000 euros en la Feria de Santo Domingo. En cambio, los municipios de Baza y Motril suben el listón de los petardos hasta 240.000 euros cada uno en sus respectivas ferias. Si en Huéneja celebran a la patrona lanzando tres mil cohetes, nosotros tenemos que lanzar unos cuantos más, le confesaba el alcalde de Dólar a María Ruiz, la corresponsal de IDEAL. Efectivamente. 

 ¿Para qué quieren una biblioteca, si tienen el hogar del jubilado?, dirá más de uno. Cicerón opinaba que si tienes una biblioteca con jardín, lo tienes todo. Y no estaría de más recordar a Ricardo León: Los libros me enseñaron a pensar, y el pensamiento me hizo libre. Se dice que el saber no ocupa lugar pero es evidente que las personas que no saben, ocupan los últimos peldaños de la sociedad. Y los pueblos poco instruidos, donde apenas se lee, caen fácilmente en manos del caciquismo y la manipulación. Pero me consuela ver escrito en un folio, a la entrada de la Biblioteca de Las Gabias: Aquí leer es gratis. En el Día Mundial de las Bibliotecas –que ni siquiera se celebra–, la cultura se merece un sencillo artículo, expuesto sin acritud y un poco a vuela pluma. Aunque mucho me temo que algún edil me niegue el saludo. Sin embargo, cada pueblo tendrá que decidir su propio destino: si quiere una biblioteca o humo de cohetes. El ejemplo lo tenemos en la construcción por la Junta de una biblioteca en Tombuctú, para poner a salvo más de 3.000 manuscritos andalusíes del siglo XIV –se han conservado entre las arenas del desierto–, trasladados allí por un morisco toledano.

Posdata: que si abren alguna biblioteca o tengo que rectificar algo, mucho me alegraré de ello. Adiós.

 

Artículo publicado en Ideal, el 24 de octubre de 2003



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